Los avales son un contrato mediante el cual una persona, ya sea física o jurídica, asume el pago de una deuda de otra persona si esta no la lleva a cabo. Los avales se definen también como la garantía que la persona (avalista) presenta para cubrir la deuda en la que está comprometida la persona a la cual se avala.
Sería técnicamente incorrecto si decimos que la persona es el aval, ya que obviamente los avales son un bien económico y no la persona en sí. Para mucha gente un aval es una persona que se encargará de efectuar el pago de la deuda imputada al deudor, si este incumple dicho pago. Si bien esto es cierto, un aval no necesariamente tiene que ser una persona, entidades financieras o bancarias pueden realizar la labor de avalista.
Cuando hablamos de avales, estamos hablando de la garantía que se ofrece cuando la persona que tiene la deuda no puede efectuar el pago por la misma, y el avalista ejecuta el pago por la deuda impuesta al deudor.
Para explicarlo de otra manera, podemos decir que los avales son un tipo de garantía personal. Sin embargo, si un familiar o un amigo se compromete a respaldar con sus avales la deuda, entonces ellos responderán ante cualquier suceso hacia un prestamista o entidad bancaria. Si dicha persona deudora no ejecuta el pago de la deuda frente al prestamista, será la persona que actúa como aval quien responda por las obligaciones económicas de la persona deudora.
Los avales no siempre dependen de otra persona, simplemente pueden poner en garantía hipotecaria en el caso de un inmueble o algo de valores similares para poder cubrir el total. Cómo podría ser nuestro coche, nuestra casa, o incluso un contrato de alquiler puede ser también utilizado como aval. Más adelante, veremos algunos ejemplos de aval para que puedas entender cómo funcionan los avales más a fondo.
Si queremos definir que es un aval, tan solo debemos echarle un vistazo a lo que dice la RAE, quien lo describe como la responsabilidad de quien contrae una deuda de manera correcta ante una promesa de pago en caso de no poder cumplir con los compromisos asumidos. Es una definición un tanto general para lo que en realidad es un aval, puesto que al hablar de avales siempre nos estamos moviendo en un terreno financiero.
Entonces, si lo vemos desde el punto de vista de la entidad financiera, el que es un avalista, será la persona que declara afrontar las responsabilidades económicas del avalado, el cual es efectuar el pago de la deuda impuesta al deudor, en caso de que este incumpla con la misma. Pero ya sea que lo mires desde un punto generalizado, o desde uno financiero, no hay dudas de que en los avales siempre hay tres figuras involucradas, las cuales son: la entidad financiera, la persona que pide el préstamo o crédito y el avalista.
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Tipos y clases de aval
En general podemos encontrar varios tipos y clases de aval. No todos tienen que ser personas que se ofrezcan a pagar la deuda en caso de impago por parte del deudor. Por ello, los tipos de aval que encontraremos son:
Aval en sí mismo
La capacidad financiera suele obtenerse de un listado donde se juntan varios factores ponderables y que el resultado final es la obtención de la financiación. Se responde ante la entidad por las obligaciones adquiridas por el beneficiario del préstamo. Si lo llevamos a términos más sencillos, podemos decir que en esta clase de aval, será lo que el banco exige para la concesión del crédito o préstamo.
Aval financiero
Si bien esta clase de aval suele comprometerse para que el deudor pague lo adeudado sin necesidad de ejecución de la misma, a veces es necesario hacer uso de estos avales. La entidad bancaria actúa como un seguro de pagos, es decir, el banco responde por el deudor. En otras palabras, la entidad financiera será quien se empeñe en realizar el pago de la deuda impuesta en caso de que el deudor incumpla con el pago del mismo.
Aval como producto
Este aval es lo que ofrecen los bancos y entidades financieras. En esta clase de aval, el banco no te va a conceder ningún tipo de préstamo, sino que a cambio de ello te dará una cantidad de dinero (una comisión), que se podrá utilizar sin ningún tipo de problemas cuando queramos obtener un préstamo por cualquier entidad oficial de crédito. Aunque se pueden solicitar préstamos y créditos sin aval, la decisión final siempre la tiene el banco, quien será el que necesite garantías para realizar la operación.
Aval económico
Cuando es necesario tomar un crédito o préstamo bancario es necesario contar siempre con algunas clases de aval que respalden la operación que vamos a realizar y demuestre garantías a la entidad bancaria para que la tramitación resulte favorable y se realice de la mejor manera.
Si por alguna razón inesperada no se puede afrontar el pago de la cuota del crédito otorgado, primero se le notificará que se encuentra en mora para que luego, si se repite constantemente juntando una determinada cantidad de cuotas atrasadas, el banco ejecutará los avales o garantías necesario para cubrir los pagos pendientes con sus respectivos intereses y proceder a cancelar el crédito.
Estos tipos de aval son de los más comúnmente utilizados por la gente para poder acceder a una línea o producto bancario, ya que se pueden utilizar bienes tanto muebles como inmuebles y los requisitos que se necesita para tener varios avales hasta completar el valor de lo que la persona está dispuesta a que le presten es la misma cantidad que se necesita para devolver más los intereses. Si o si es necesario contar con un o más avales que engloban las necesidades de garantía para poder respaldar la deuda y darle legitimidad, pudiendo llevar adelante el préstamo o crédito correspondiente.
Aval técnico
Generalmente se destacan por ser uno de los tipos de aval que utilizan los empresarios para intercambiarlo por un bien o servicio como parte de la obligación a cumplir. Es el aval más común para tratar de finalizar un proyecto en tiempo y forma.
Se destacan de los demás avales porque no requiere depositar dinero como garantía, sólo si no se cumpliera con lo pactado se activará la cláusula de ejecución que consiste en abonar el dinero para poder resarcir el daño causado por no terminar la obra o proyecto iniciado.
Los avales suelen ser de vendedores o proveedores. En este caso si se ejecutan los avales debe pagar la suma de dinero que sea resultante de la deuda más sus intereses por mora pero no podrá afrontarlos como otras clases de aval que permiten tener como avales un inmueble o algo que cubra de la mejor manera lo necesario para poder hacer la transacción.
Ejemplos de aval
Hay ejemplos de aval presentes en nuestro día a día y otros que se trata de casos totalmente especiales en donde sólo se pueden dar si las personas son inversores, empresarios o tiene algún tipo de negocio que pasa por un momento complicado.
Si una persona tiene el deseo de comprarse una casa pero su sueldo es demasiado bajo entonces necesitará de diversos avales para que le puedan otorgar el crédito hipotecario y así poder tramitarlo con total normalidad.
Lo que hacen estas clases de aval es respaldar en este caso al comprador con avales como títulos de propiedad, bienes muebles e inmuebles, entre otros.
Otros ejemplos de aval pueden ser cuando tratas de conseguir un alquiler tanto sea de una vivienda como de un vehículo, entonces será necesario una serie de avales para poder cubrir el cien por ciento de lo que se quiera alquilar.
Función de un aval
Los avales que se ofrecen por una obligación contraída ante un tercero o una entidad financiera o bancaria se transforman en un compromiso para cualquier persona que quiera tener una alternativa para conseguir el dinero para un negocio o realizar una transacción.
Siempre que se cumplan los requisitos de cumplimiento, no importa de las clases de aval que se trate, ya que se traducirá en tranquilidad para la persona que contrae la deuda.
Caso contrario y de no cumplir con lo mínimo demandado como pueden ser el pago a término, se implementarán intereses para luego ejecutar los avales que tengan para su intervención y la entidad prestamista pueda cobrarse el saldo que queda más lo que esperó el cliente.
Quizás la función de un aval no es tan respetablemente considerada hasta que se llega al punto de no poder pagar por lo que entra en vigor estos avales.