Actualmente, y más en los tiempos que corren, todo el mundo debe trabajar para de algún modo “ganarse la vida”. Luego pasa el tiempo, cambiamos de trabajo o incluso emprendemos algo, nadie nos debió haber contado cuál era el camino exacto. Pues bien, para saber cómo conseguir la libertad financiera pasa un poco lo mismo, dado que para alcanzarla debes elegir tus propios caminos. Si consigues empezar a aplicar algunos de los tips que te vamos a dar en esta entrada, estarás dentro del cambio. De tu cambio, de tu camino.
¿A quién no le gusta la idea de no tener por qué trabajar directamente, en lugar de pasivamente, a lo largo de toda tu vida (claro está, a menos que realmente te guste hacerlo) para poder asegurarte un futuro? Si te informas lo suficiente y te preparas adecuadamente puedes conseguir la libertad financiera y así tener un poco más de tiempo para disfrutar la vida en su plenitud por tener mayores trabajos o beneficios pasivos frente al activo que sería tu jornada laboral de 8h o más.
Esta deseable condición de centrar la posibilidad de obtener tus ingresos de una manera “pasiva” no será sin correr algunos riesgos, pero sí trabajando menos de forma activa o directa. Si tu condición laboral es la de un asalariado o un profesional autónomo, el modo de producir tus ingresos se encuentra en el segundo de los casos y esa grata libertad solo sería posible si modificas tu situación o condición económica por ejemplo emprendiendo.
Por contra, tanto el dueño de una empresa como un inversor se encuentran más próximos a conseguir la libertad financiera puesto que no necesitan estar “en acción” de forma directa y permanente durante una jornada laboral para generar sus ingresos. Además, porque estos ingresos resultan ser mayores que los gastos. También cabe destacar que un autónomo o asalariado pueden perfectamente diversificar sus ingresos de forma que puedan alcanzar un volumen mayor de beneficios y, por tanto, alcanzar libertad financiera que es emprender algo, mejorar su negocio o decidir dejar un puesto de trabajo…
En términos sencillos pero precisos, para saber esto de la libertad financiera qué es, pues se puede definir como la posibilidad de generar tus ingresos sin que te veas obligado a emplear gran parte de tu tiempo para hacerlo. Esta libertad representa la posesión de un patrimonio que has creado o del cual dispones para generar a partir de él, un volumen de ingresos constantes o, mejor aún, que vayan en constante incremento con el paso del tiempo.
Se puede decir de una manera un tanto anómala y hasta poco grata, que es como poder vivir sin estar obligados a trabajar a tiempo completo. Está bien claro que el grueso de las personas está sujeta a la realización de una labor productiva diaria para poder generar los ingresos que le permitan vivir. Pero esta exigencia implica que casi todas sus decisiones están encadenadas al cumplimiento de esa actividad laboral todos y cada uno de los días…
Precisamente es en este contexto en donde encaja la noción de libertad financiera. Estudios y especialistas afirman que todas las personas pueden alcanzar esta condición aunque tal posibilidad no les sea transmitida o inculcada desde casi ninguna fuente primaria de jóvenes. Ciertamente no es una tarea sencilla ni totalmente exenta de riesgos, pero definitivamente es algo que bien vale la pena buscar conforme vas entendiendo el mundo financiero.
La libertad financiera no es una utopía, sino que es, por el contrario, una posibilidad perfectamente alcanzable solo que para obtenerla es necesario desarrollar una planificación específica y poner en funcionamiento un conjunto de destrezas concretas que te conduzcan a ello. En realidad, no está a solo un paso del “ahorrar más y gastar menos” o de ser tu propio jefe (ser un autónomo) sino que necesitas de conocimientos, instrucciones y estrategias válidas y útiles financieramente hablando. Aunque lo primero y mejor que puedes hacer es escuchar, leer y dejarte enseñar por un especialista o mentor.
Cuatro modos de generar ingresos en la vida económica actual
Se puede decir que el dinero en el mundo moderno se produce de cuatro modos usualmente particulares y cada uno de ellos depende de tu posición o situación económica específica. En otras palabras, el tipo de ingresos que generas depende de que ocupes un nicho económico determinado en el circuito económico: trabajador asalariado, autónomo, propietario de empresa o inversor.
Como hemos comentado antes, hay varias vías que mejor se adaptan a los tiempos pasivos frente a los activos. Pero todo trabajo es digno para forjar una base, ahorrar y realizar un buen plan financiero para diversificar tu mercado e ingresos. Así, lograr la libertad financiera por la rama que sea. Nunca sabemos qué ocurrirá mañana.
Las dos condiciones que hemos visto anteriormente sobre la acción pasiva y activa, hace que dan un margen más amplio de posibilidades de moverte en la dirección de esa libertad financiera.
Por ejemplo, el propietario de una empresa de tiendas de ropa o franquicias que funcionan solas, hace que se mueva dentro de un ámbito que funciona y trabaja para él y que no requiere de su presencia física inmediata ni constante para hacer que se mueva y genere ingresos. Por otro lado, hablar de un inversor significa hablar de una actividad que puede ser sumamente rentable pero que demanda bastante conocimiento y menos valentía temprana, por llamarlo de alguna manera…
Ser inversor es una actividad algo complicada y como ya sabes, no está exenta de riesgos (como hemos reincidido anteriormente y a continuación), que pudieran ser más o menos graves en función de las condiciones económicas generales del país o de alguna eventualidad que no pudieras predecir ni controlar. Sin embargo, hacerte inversor no implica ser un temerario o un aventurero absoluto. Necesitas de mentores, socios, planes de ahorro y un gestor financiero.
Entre los sectores en los que es común hacer inversiones que te reportan estabilidad, seguridad y retornos más o menos fiables, están la adquisición de acciones en diversos tipos de empresas, los bienes raíces (bienes inmuebles), industrias de energía, vehículos, sociedades comerciales, comercialización de arte, etc.
Cómo conseguir la libertad financiera: Guía Completa
La libertad financiera es un estado absolutamente deseable desde el punto de vista en que se entiende como vivir un tanto ajeno a las angustias ocasionadas por la necesidad de dinero. Pero, cuesta muchos años de dedicación, formación, esfuerzo y trabajo. Cuando eres libre financieramente, lo eres porque ya has alcanzado una condición o situación en la que has superado esas angustias, necesidades y presiones. Y es un estado que además, te reporta una gran tranquilidad de ánimo y estabilidad para tu vida cotidiana pudiendo aumentar tu tiempo de ocio.
En tales condiciones, claramente el volumen de tus ingresos es mayor que el nivel de tus gastos, y por esto, alcanzas la posibilidad de permitirte una vida más cómoda, plena y satisfactoria si la miras desde el punto de vista financiero. Esto implica además, que te liberas de la necesidad general de “trabajar” entendida en términos tradicionales de cumplir horarios, percibir un salario, realizar ciertas actividades diarias y monitorizadas, etc.
La maniobra que es factible de llevar a cabo para conseguir esa condición de libertad financiera radica en desarrollar un esquema variado o múltiple de generación de ingresos pasivos. La intención es que tal esquema opere en modo automático o semi-automático y te produzca unos ingresos periódicos y permanentes sin que tengas la obligación de estar presente de forma física en ningún espacio, empresa o establecimiento.
Entonces, la clave se encuentra en la capacidad y la posibilidad de generar esos “ingresos pasivos” que serán producidos como resultado de tu inversión inicial. Este dinero que has invertido, dentro de cierto tiempo comienza a volver a ti de manera pasiva sin que te sea obligada efectuar ninguna otra actividad mensual o diariamente.
Pero antes, cabe destacar que un buen y necesario punto de partida se encuentra en el cálculo de tu libertad financiera. Descubrir el estado financiero en que te encuentras requiere de la aplicación de algunas pequeñas, pero importantes, fórmulas de matemáticas financieras. El cálculo inicial de tu libertad financiera se puede hacer de la siguiente manera, dividiendo la cantidad de dinero del que dispones entre los gastos regulares de cada mes mediante la siguiente fórmula:
Cantidad de dinero disponible / Gasto mensual = Libertad Financiera
Este estado de tranquilidad económica se traduce simplemente en otra noción que es importante tener presente en todo momento, esta es la de seguridad financiera. A partir de ella sabes que tienes un colchón que te dará una tranquilidad económica previsible durante un tiempo determinado. Separando siempre los ahorros, de la parte que deseas invertir tomándola como un gasto, muy importante tener esto en mente.
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Instrucciones para usar la calculadora “alcanza la libertad financiera”:
- Rellena los ingresos anuales que obtienes por tu actividad laboral habitual, tus ingresos anuales por inversiones y los gastos estimados anuales.
- Automáticamente, se calculará el ahorro anual que puedes soportar.
- Ahora, debes estimar con cuánto dinero quieres retirarte e introducirlo en la siguiente casilla.
- Finalmente, se calcularán de manera automática los años que te quedan para poder retirarte y alcanzar la libertad financiera que tanto ansiamos muchos de nosotros.
1.Invierte en tu educación financiera
A continuación, encontrarás algunos de los puntos de nuestra guía recomendada. Para descargarla, solo tienes que rellenar el formulario que hay al final de esta página y obtendrás “Los 7 pasos para alcanzar la libertad financiera” en formato de infografía. Pero para los puntos fundamentales de esta, hemos querido ampliar la información y darte otros puntos de vista:
Invertir en tu educación financiera es una opinión estándar entre los expertos en la materia, pero se debe afirmar que, si pretendes obtener unos ingresos pasivos valiéndote de tu participación en inversiones, debes tener cuanto menos, un nivel básico de “educación financiera”. Leer libros también es invertir, porque no pierdes el tiempo, lo estás invirtiendo en tu aprendizaje para tomar mejores decisiones en tu vida.
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Por otro lado, formarte en esta dirección comienza también, por saber con un mínimo de claridad sobre a qué se le llama educación financiera. A partir de esto, comienzas a acercarte al planteamiento de mecanismos para incrementar tus conocimientos.
Para poder iniciarte con pie firme en este campo debes saber que existen dos nociones que necesitas manejar desde un principio. Por supuesto, debes entenderlas con tal claridad que te sea posible emplearlas en tus actividades financieras habituales. Estas nociones básicas son:
- Saber qué son las finanzas personales.
- Conocimientos esenciales de la administración del dinero.
A estas debes agregarle la habilidad suficiente e imprescindible para hacer uso de estos conocimientos y poder hacerle frente a los cambios instantáneos del mundo de las finanzas. De este modo podrás acercarte cada vez más a tu propósito de alcanzar tu libertad o independencia financiera.
2.Analiza tus finanzas personales
El vocablo finanzas en ocasiones asusta porque parece referirse a una trama muy complicada de la vida económica: inversiones, inversores, matemáticas financieras, bolsa de valores, renta fija o variable, dividendos, crowdfunding, etc. A pesar de esto, las finanzas son un tema que debes considerar puesto que influye en todos los espacios de tu vida diaria. Es por esto que, con el tiempo, se ha tomado otra noción en lo que que se refiere a las finanzas personales.
Tus finanzas están (lo quieras o no) vinculadas con transacciones mayores y con la administración de bienes y dinero entre sujetos como los gobiernos, las empresas y también los individuos. Están referidas a la administración de tu patrimonio, es decir, tus ingresos y tus gastos, tus posesiones, tus ahorros, los fondos de tu jubilación, los seguros que mantienes, los créditos de los que dispones, etc., etc.
Si pretendes saber cómo conseguir tu libertad financiera, debes comenzar por tener muy bien ordenadas tus finanzas personales. El comprenderlas y manejar las condiciones de estas, está absolutamente vinculado con el conocimiento del vocabulario fundamental sobre el ámbito financiero y a cómo operar en el mercado en tu vida cotidiana.
Uno de los primeros elementos a considerar es ese que conoces como tu presupuesto y este a su vez está sujeto a otros elementos fijos y variables como tus ingresos, tus gastos regulares y la posibilidad de la existencia de gastos extraordinarios o imprevistos. Un segundo elemento tremendamente importante es el ahorro, o tu capacidad de reservar parte de tus ingresos. Estos fondos son los recursos que puedes emplear para hacer tus inversiones como hemos pincelado anteriormente.
Otro asunto de importancia son los gastos relativos a la salud. A ellos están asociados los seguros y sus niveles de cobertura, siempre presentes con variables deducibles. Estos gastos son capaces de desequilibrar un presupuesto muy bien organizado en la misma medida en que desconozcas cómo funcionan y a qué debes atenerte cuando los contratas y cuándo los usas.
Otro asunto al que le tienes que prestar mucha atención es a tu capacidad de endeudamiento, así como a la capacidad de pago que tienes para reducir o eliminar las deudas que adquieres. En este punto están incluidos tanto los préstamos que solicitas como las tarjetas de crédito de las que dispones. Desentenderte de esto te puede llevar a situaciones nada agradables para tus finanzas personales.
3. Seguridad Financiera: crea tu plan de ahorro
Disponer de un plan de ahorro personalizado es un asunto de mucho significado a la hora de responder a la pregunta acerca de ¿cómo tener libertad financiera?. Este plan está referido a una organización perfectamente planificada de los que se llamarían “tus hábitos de ahorro” y por supuesto, no se limita a la acción de guardar cierta cantidad de dinero cada mes. Un plan de ahorro te deja claro cuánto dinero necesitas ahorrar y su destino en un período determinado.
Pasa de guardar cantidades aleatorias e irregulares de dinero a la preservación de una cantidad fija que, al cierre del plazo que te fijes, te reportará una cantidad de dinero de manera óptima, prevista… También, por supuesto tomando en cuenta las reducciones naturales debidas al fenómeno de la inflación y a posibles o potenciales devaluaciones que sufra la moneda.
Disponer de un plan de ahorro personal te confiere un mayor y más claro carácter a la necesidad del ahorro, puesto que procurarás de satisfacer un proyecto que ha sido estudiado y organizado por ti mismo y en él, tienes incluido el uso que le vas a dar a ese dinero cumplido en el plazo que has señalado. Sabes que al término de ese período, dispondrás de una cantidad de dinero específico con el que atenderás otros proyectos o necesidades previstas de cara al futuro. El dinero debe ser una rueda que no pare de girar en todos estos aspectos…
Todo plan de ahorro personal debe considerar la posibilidad o necesidad de hacer uso de esos recursos reservados tanto a corto, como a mediano y largo plazo. Y por supuesto debe ser considerado a la hora de elaborar tu propio presupuesto, como un volumen determinado de gastos personales. Organizarte un buen plan de ahorros forma parte del esfuerzo por alcanzar y tener libertad financiera. En internet, encontrarás muchas plantillas para rellenar tus ingresos y tus gastos y poder empezar a hacer este plan.
En nuestra guía descargable, te lo contamos.
4. Crea tu propio plan de Inversión
Parte del proceso de conseguir tu independencia financiera está relacionado con la posesión de un buen plan de inversiones posterior a ese plan de ahorro previo. También, debe ser un plan que sea objetivo, real y con miras a su perfeccionamiento en el tiempo. Un plan de inversión correctamente planteado, también resulta clave a la hora de emprender un negocio propio y para su desarrollo futuro.
Un plan de inversión de nuevo, se refiere al proceso de diseño integral, organizado y personalizado de un proyecto que te garantice conseguir unos propósitos económicos previamente pensados y establecidos. Implica además, el establecimiento de los plazos en los que esperas hacer rendir o recuperar tu inversión inicial, los costos y riesgos que implica y los recursos que tendrías que emplear para que sea factible.
Construirte unos objetivos suelen ir en los puntos principales pero pueden incluirse en este plan de inversión, que en esta época no resulta ser un drama insuperable. En principio, requieres de sus elementos mínimos además de dedicarle todo el tiempo que sea necesario. Y esto te va a ser válido tengas o no alguna formación específica (profesional o autodidacta) tanto en economía como en el ámbito de las finanzas.
Por otro lado, no te sobra saber que existen muchas fuentes (publicadas en físico o en internet) que te pueden servir de suficiente orientación y pueden proporcionarte todas las herramientas que seguramente vas a necesitar, como la que te hemos mencionado antes para plasmar tus ingresos y gastos.
En una situación X, los datos más significativos y relevantes vendrían a ser todos los que describen tu propuesta, así como los datos del mercado específico en el que piensas incursionar y operar. Por supuesto con esto no está resuelto todo, aún necesitas desarrollar cierto olfato económico y financiero que te sirva de referente para perfeccionar los detalles de tu plan o idea de negocio.
Algunas ideas o pasos para planificar tu inversión
- Define tus objetivos ¿Para qué te interesa invertir? ¿Es tu único objetivo alcanzar la financiera? Dependiendo de tales objetivos te verás obligado a priorizar en dónde y en qué inviertes tu dinero. Tal definición está muy encadenada a los plazos de la inversión, a las necesidades que tengas de poseer liquidez o al nivel de riesgos que estás decidido a asumir.
- Te será necesario evaluar con mucho detenimiento la dinámica de tus ingresos y egresos. Esto te permitirá tomar la decisión de cuánto invertir y cuándo hacerlo.
- Es de suma importancia igualmente que evalúes las tendencias en la evolución de tu inversión tomando en consideración múltiples posibilidades o escenarios: negativo, neutral y optimista. A partir de aquí, podrás precisar de posibles resultados en cuanto a rentabilidad tanto en casos positivos como en el peor escenario posible.
- Desde que tienes una previsión aproximada del panorama, debes lanzarte a hacer tus inversiones. En este momento decides realmente en dónde vas a invertir tus recursos. Pero considera siempre que no es lo mejor invertir todos esos recursos en un solo plan. La mejor estrategia es la diversificación. Déjate aconsejar también de gestores financieros como lo somos en Vannilo.