La financiación de las empresas puede estar dirigida a alcanzar diversos fines y objetivos. Uno de ellos, que no suele ser el caso al hablar de financiación, puede ser impulsar su crecimiento y expansión con la mira, por ejemplo, en el mercado internacional. Pero también existe un propósito diferente totalmente opuesto y más común; estamos hablando de la financiación para empresas en crisis. Una financiación con la que buscas salvar tu negocio para mantenerlo a flote a toda costa.
Por lo general, cuando las empresas necesitan resolver sus problemas de financiación, tienen tres tipos de fuentes a las que acudir para obtener fondos: La primera de ellas es, por supuesto, las entidades financieras clásicas (los bancos). La segunda, es una multitud de entes financieros de carácter privado que se mueven fuera del circuito financiero de los bancos. La tercera son las instituciones financieras del Estado.
Cada una de ellas tiene sus virtudes y sus debilidades. De lo que se trata es que, de acuerdo a tu situación específica puedas elegir aquella de la que obtengas los mayores beneficios. Hay ocasiones, en las que la financiación privada se impone a las otras de las opciones y existen buenas razones para ello.
Cómo saber si tu empresa está en crisis
Cuando observas con detenimiento tu negocio, podrás percibir un conjunto de señales que te proporcionan una imagen de cómo está funcionando. Una empresa puede estar comportándose de manera aparentemente eficaz, pero al mismo tiempo puede encontrarse en la vía de confrontar una crisis financiera.
Veamos algunos de estos casos:
- Se encuentra falto de liquidez: este problema se puede detectar muy fácilmente. Se trata de un momento cuando tu negocio empieza a tener dificultades para amortizar las deudas contraídas con los proveedores. Pero no es este el único caso, puede ser que también esté atrasado respecto del pago de los impuestos correspondientes.
- Lo mismo sucede respecto del pago de sus trabajadores. En una situación como esta, y sobre todo si se hace recurrente, es fácil entender que las deudas recurrentes pueden llevar tu empresa a la quiebra.
- Reducción o eliminación del abastecimiento a crédito: puede ser que, de manera imprevista, tus proveedores se niegan a cederte sus productos o servicios a crédito. Se trata de situaciones en las que ellos están percibiendo que existe algún dilema que tú, con seguridad, no has descubierto.
- Un descenso o contracción notaría en las ventas: si no estás vendiendo lo suficiente o lo necesario, es obvio que ello te conducirá tarde o temprano a confrontar una crisis. Es este el indicio más significativo de la situación en la que se encuentra o encontrará, tu empresa. Todo negocio vivirá problemas graves si deja de vender sus productos, sobre todo si los mercados ya no los requieren y no se pueden equilibrar aumentando los precios.
- Pérdida de la credibilidad: esto se nota claramente cuando comienzas a recibir cuestionarios cada vez más frecuentes respecto de la calidad de tus productos. Bien sabes que la satisfacción de tus clientes es crucial para tu negocio. Cuando pierdes la credibilidad, esto se manifiesta en una reducción paulatina en el volumen de compras de tus productos. Inclusive pudiera ser que pierdas algunos de tus clientes regulares.
- Pérdida de tus trabajadores: esto que también se conoce como fuga de talento, es una clara advertencia de que hay algo que no funciona. Esta contingencia va a afectar la capacidad productiva de tu negocio y lo que es peor, pudiera llevarlo a la quiebra.
- Reducción de los beneficios: si observas que el nivel de los beneficios que estás obteniendo descienden con regularidad, tienes otro indicio y bastante claro, de que algo no está funcionando en los términos que tú y tu empresa lo necesitan.
Cualquiera de estos elementos, o varios de ellos actuando en conjunto, te informan a las claras que ha llegado el momento de introducir correctivos. Sin embargo, tienes que mantenerte perfectamente atento porque en paralelo, puedes encontrar otros problemas que atenten contra la permanencia de tu empresa.
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Disminución del efectivo
Puede darse el caso de que en un momento determinado no cuentas con el dinero que necesitas para resolver asuntos de tu empresa. Esto puede significar que estás dejando de ingresar dinero o que lo estás perdiendo, con alguna frecuencia y por alguna razón. Cuando esto sucede sin freno, es seguro que vas a terminar agotando con tus recursos. Corresponde a tu administración descubrir la razón que genera este fenómeno.
En situaciones como esta, lo mejor sería iniciar una revisión del movimiento de los recursos de caja del momento presente. El mejor modo de observar su comportamiento es comparándolo con las características de ese movimiento, en el mismo lapso, pero en el año precedente. Esta comparación permitiría descubrir si se trata de una mera situación coyuntural o si por el contrario, se trata de una tendencia observable a lo largo de varios ejercicios administrativos.
Un ejemplo de caso o situación coyuntural, sería cuando la empresa está utilizando sus recursos en inversiones de cara al futuro. Puede tratarse de un simple, pero interesantísimo proceso de crecimiento.
También es menester revisar meticulosamente las reservas de ejercicios anteriores, es decir, medir la cantidad de dinero que excede a los beneficios durante uno o varios ejercicios administrativos precedentes. Del contraste entre ellas (aumento o no de esas reservas), podrías percatarte de si tu empresa está siendo rentable, o si lo está siendo en niveles que no son deseables o suficientes.
En momentos como estos, es cuando muy probablemente vas a necesitar acudir a préstamos para empresas en crisis.
Préstamos para salvar tu empresa
Muchos negocios que confrontan una crisis financiera, no pueden acceder a una financiación rápida a través de las vías y mecanismos regulares. Por supuesto, estamos hablando de esos mecanismos de siempre: las entidades financieras clásicas u organismos oficiales o gubernamentales. Esto los obliga a acudir a formas alternas de financiación como los inversores privados.
Este modo de obtener recursos tiene (como todo) sus ventajas y desventajas. En principio, te ofrecen varias ventajas clave para las necesidades de tu negocio:
- La rapidez en su otorgamiento: por lo general a estos préstamos se accede de manera expedita y rápida, los lapsos para su confirmación no suelen exceder las 72 horas.
- Por otro lado, los requisitos para conceder estos préstamos son menores y mucho menos rigurosos que los de las entidades financieras tradicionales.
- La flexibilidad de sus condiciones: por lo general, este tipo de préstamos te brinda posibilidades de devolución en unos términos (cómo y en cuánto tiempo devolver el dinero) más relajados y cómodos. La mayoría de las veces, estos términos son fijados en acuerdo con el propio cliente. En no pocos casos, el plazo para la devolución de estos préstamos se extiende hasta por 15 años.
Financiación sí, pero con garantía hipotecaria
Eventualmente, habrá ocasiones en las que la empresa que está solicitando el préstamo deberá presentar como garantía adicional, un inmueble cuya propiedad esté a su nombre.
Igualmente, pudiera estar a nombre de su administrador. Lo importante es que deberá ser un inmueble libre de hipotecas y debe ser susceptible de ser vendido. Este inmueble bien pudiera ser: un edificio o un piso, una nave industrial, locales comerciales, etc.