
Crear el hábito de ahorrar no es fácil, pero en el mercado se han creado herramientas que contribuyen a lograrlo. Los fondos de capitalización son precisamente una manera de capitalizarse a medida que pasa el tiempo.
Estos pueden ser útiles para formar cierta liquidez que juegue a favor en cualquier momento que se necesite. Por esa razón, es conveniente saber cómo funcionan, su fiscalidad y sus ventajas. Todo eso lo explicamos en este artículo.
¿Cómo funcionan los fondos de capitalización?
Los fondos de inversión se clasifican en diversos tipos, y uno de ellos es el de capitalización. En este fondo no se reparten los dividendos, sino que los beneficios son integrados al patrimonio del fondo. Así, pasan al torrente de las inversiones en activos.
Con un fondo de capitalización, los partícipes consiguen rentabilidad al vender su participación en el fondo. De ese modo, materializan las revalorizaciones que se han acumulado con el tiempo. Estos fondos de capitalización son los más comunes dentro del mercado español de finanzas.
Eso se debe a que su tratamiento fiscal es considerablemente más favorable. Una forma de entender mejor el funcionamiento de esta clase de fondo se basa en poner un ejemplo:
Supongamos que un fondo con renta variable ingresa en un año unos 10.000 euros de dividendos de acciones en cartera. Mientras que ingresa 30.000 euros por los beneficios tomados cuando se cierran operaciones. En vez de repartir todo ese dinero entre los 1.000 partícipes, se acumulan esos 40.000 euros.
De esa forma, se sigue acumulando el patrimonio, a la vez que aumentan las posiciones en cartera.
Gracias a eso, sin aumentar su aportación, cada partícipe ve el incremento del volumen de inversión. Puesto que el beneficio correspondiente al partícipe, si se hubiera repartido se reinvierte en algunos otros activos.
¿Cómo es la fiscalidad en los fondos de capitalización?
Los partícipes no tributan hasta que el reembolso de sus participaciones se produzca. Para ese reembolso solo se tributa por las minusvalías/plusvalías. En caso de suscribir la participación en el fondo en distintos momentos, la regla FiFo aplica. Es decir, Firts in – Firts out (primero en entrar – primero en salir).
La minusvalía/plusvalía es considerada una variación patrimonial, en lugar de rendimiento de capital inmobiliario. Por lo tanto, la retención efectuada de dichas plusvalías llega al 18%.
¿Por qué es una buena alternativa a los planes de pensión?
En los fondos de capitalización cada contribuyente se encarga de cotizar para sí de forma individual. Por lo tanto, las prestaciones se relacionan de forma directa con los aportes que se van realizando. Claro está, la evolución temporal y financiera también influirán en esas prestaciones.
Pero no existe la solidaridad intergeneracional presente en los planes de pensión de reparto. Las aportaciones voluntarias que hace cada individuo (periódicas o extraordinarias) pueden generar prestaciones futuras. Eso quiere decir que en estos productos de total liquidez el ahorro está siempre disponible.
Ni siquiera es necesario acreditar alguna contingencia en concreto para acceder a ello. Además, como tributan en IRPF, si los importes no son rescatados y traspasados a otro fondo, no hay ningún impacto fiscal. De hecho, estos fondos podrían incluso complementar los planes de pensión al acoger el importe.
Los últimos tienen un límite establecido desde el primer mes del año 2021. Este consiste en que no se permite aportar una cantidad superior a 2.000 euros cada año. Por todos esos motivos, los fondos se han hecho una alternativa de inversiones colectivas que ofrece ventajas dignas de considerar.
Ventajas de los fondos de capitalización
Los fondos de capitalización colocan a disposición de los partícipes una amplia variedad de beneficios. A continuación, se enlistan y se definen cuáles son los principales de estos:
- Aportaciones individuales: Son aportaciones voluntarias, y en función de estas se reciben las prestaciones. Eso se debe a que no hay una rígida solidaridad intergeneracional impuesta, a diferencia de otros sistemas.
- Fiscalidad reducida: Hay una legislación de tipo fiscal que reduce la base impuesta al declarar IRPF. Así que los partícipes tienen la opción de disminuir la base imponible anual hasta 8.000 euros con aportaciones máximas. O un 30% del rendimiento neto y las actividades económicas.
- Condiciones más flexibles: No se limita o se acondiciona estrictamente el acceso hacia las prestaciones. Por lo que no hace falta acreditar la condición legal como jubilado. Gracias a eso, existe la posibilidad de disponer de las prestaciones de manera anticipada en ciertos casos.
Desventajas de los planes de capitalización
Hay que tener en cuenta que los fondos de acumulación o de capitalización presentan ciertos inconvenientes que es importante evaluar. Algunos de estos son:
- Riesgo por el tipo específico de interés.
- Impacto generado por la inflación.
- Período largo de tiempo requerido para la construcción de capital razonable.
- Ausencia de ciertas ventajas fiscales porque no se han diseñado exactamente para un ahorro que cubra la jubilación.