Dentro del complicado pero interesante mundo de la economía existe una diversidad de mecanismos que te permiten incrementar tus ingresos, uno de ellos es invertir en dividendos en el 2020. Esta clase de negocio está referido a inversiones que puedes hacer en múltiples empresas consolidadas o en proceso de crecimiento o “startups”. Este tipo de inversiones cuando están bien realizadas, harán posible el fortalecimiento de tus finanzas personales.
Para hacer frente a este género de inversiones debes entenderlo como una suerte de maniobra financiera traducida en una conversión como copropietario de una empresa en la misma proporción y medida en que adquieras una determinada porción o cantidad de sus acciones. Cada una de tales acciones representa (en pocas palabras) una parte del capital total del que se compone esa sociedad o compañía en la que inviertes tus recursos.
Hacer esta inversión representa para ti la oportunidad de generar beneficios a medio y largo plazo, aunque debes tener bien claro que, por la dinámica propia de las actividades económicas, no está exenta de esos riesgos que son connaturales a las operaciones financieras. Si no eres un experto y alguien te hace una sugerencia como esta, la primera inquietud que se despierta en tu mente es precisamente ¿a qué se llama dividendos?
¿Qué son los dividendos?
Desde el momento en que una compañía consigue generar beneficios, tiene planteadas frente a si, dos opciones: La primera de ellas, es reinvertir esas ganancias en la propia compañía. La segunda, es distribuir esos beneficios (todo o una fracción) entre sus accionistas por medio de los llamados dividendos. En otras palabras, los dividendos son esa fracción de los beneficios producidos que corresponde a cada accionista de la compañía.
Es un concepto que forma parte del pasivo de una empresa al salir de su balance, en cuanto a la repartición de beneficios a los accionistas se refiere, y, en concepto de retribución del inversor. Se incita, por tanto, a que los accionistas quieran comprar más acciones de la compañía y esta así, obtener financiación.
Los dividendos, por tanto, son esa parte de las ganancias que la compañía ha generado y que decide repartir entre los miembros de sus acciones. Dicho de otra manera, los dividendos son también una remuneración que cada accionista va a percibir por formar parte de una empresa a la que ha destinado sus finanzas. Por cada acción que posee una persona recibe una parte uniforme del dividendo total a repartir y por esto, son una fuente de ingresos sumamente atractiva.
Es costumbre que se efectúe el pago de éstos en períodos regulares previamente establecidos. Sin embargo, cuando la junta directiva o de accionistas de una compañía toma la decisión de no repartir esos dividendos entre sus inversores, es normal que estos esperen que como contraprestación, los transforme bien en nuevas participaciones o bien en un incremento del valor que tienen las acciones que cada uno posee.
En el caso de que opten por pagar los dividendos, y casi por regla general, las compañías más audaces con carácter de rendimiento, suelen repartir solo un porcentaje de ellos y retener en calidad de reinversión la parte restante. De este modo, procuran darle un apoyo seguro a las necesidades de crecimiento de la empresa. Y de otro modo, el pago de los dividendos puede hacerse tanto en dinero en efectivo como en nuevas acciones.
Las empresas que tienen por norma pagar regularmente sus dividendos en efectivo, son por lo general aquellas cuyo flujo de caja (activos líquidos) rebasa o sobrepasa las necesidades regulares de la compañía. Esto sucede como norma general en empresas de bienes raíces (inamovibles como los bienes inmuebles) o empresas del sector de la energía, de las comunicaciones y hasta de los servicios públicos. Este tipo de empresas es normal que generen una considerable cantidad de efectivo regularmente.
Tipos de dividendos
Los dividendos que van a recibir los accionistas de una compañía pueden ser fijos o variables, y, por tanto, pueden aumentar o reducirse en relación directa con los rendimientos (determinados anualmente) que la empresa haya generado; también por sus estatutos o reglamentos.
Además de esto, debes saber que existen diversos tipos de dividendos asociados con el momento de ser distribuidos por un lado, y por el otro, con la forma de hacer esta distribución.
Dividendo a cuenta
Es un beneficio que se cancela de manera anticipada al beneficio ordinario, dicho de otra manera, es el que se le paga al accionista antes del cierre del ejercicio. Es un tipo de pago de beneficios que la empresa fracciona a partir de los dividendos ordinarios y lo cancela en varios ciclos a lo largo de su ciclo económico. Los dividendos a cuenta, por tanto, son fracciones del total que se pagan adelantadamente al reparto. Son pagados “a cuenta del beneficio futuro”. En ocasiones, se entregan en períodos regulares de tres meses.
Dividendo complementario
Como su nombre lo indica, se maneja como un pago complementario o adicional a los pagos a cuenta de los beneficios a obtener. Las empresas siempre tienen una apreciación de esas cantidades, sin embargo, estas apreciaciones suelen variar. El dividendo complementario es pagado al final del ejercicio económico, cuando la empresa finalmente conoce su beneficio anual y completa los pagos a cuenta ya efectuados.
Dividendo extraordinario
Este tipo de dividendo no se genera como parte de los beneficios ordinarios del funcionamiento de la empresa. Suele generarse por alguna actividad adicional a las normales u oficiales de la empresa, como por ejemplo la venta de diversos activos. Se les llama dividendo extraordinario porque están fuera de las estimaciones del ciclo económico y le ha supuesto a la compañía un beneficio, precisamente, extraordinario.
Dividendo en acciones
El pago de dividendos en acciones o “Scrip dividends” se refiere a aquellos momentos cuando la empresa paga sus dividendos a través de la emisión de acciones de la compañía y no con dinero en efectivo. Es un mecanismo al que ha sido necesario recurrir en casos de dificultades de liquidez por parte de las empresas. Los accionistas pueden vender estas acciones (o parte de ellas) en el mercado para poder obtener un flujo de efectivo.
Dividendo fijo
Es un tipo de renta que la sociedad determina, independientemente del beneficio total obtenido durante el ciclo económico. Es determinado en función de criterios establecidos por la empresa en conjunto con sus socios. El dividendo fijo se le paga a los accionistas de la empresa independientemente del volumen de los beneficios finales obtenidos en el cierre de su período fiscal.
Pago de Dividendos
Como norma general todas las empresas constituidas por acciones suelen pagar sus dividendos cuanto menos: dos veces al año. Sin embargo, hay ocasiones en las que se les presenta la necesidad de hacer el pago de dividendos extraordinarios. A pesar de esto, las normas para cada país pueden variar y se conocen casos en los que se pagan dividendos un mínimo de cuatro veces al año. Inclusive, hay empresas que llegan a pagarlos una vez por mes.
A pesar de esta multiplicidad de opciones, en condiciones normales dispones de cuatro fechas clave que es necesario que manejes por adelantado:
1. Fecha de declaración o “Declaration Date”
La fecha de declaración es la fecha para cuando el Consejo de Administración de una compañía informa del próximo pago de dividendos. Este manifiesto legal y formal, debe incluir la cantidad de los dividendos a repartir y la fecha específica del pago.
Otra manera de denominar la fecha de declaración es: la de fecha del anuncio. Además de ser la fecha en que se anuncia el próximo pago de dividendos, es también la última oportunidad en la que los accionistas de una empresa deben exteriorizar si piensan ejercer la opción. Representa, dicho en otras palabras, su “fecha de vencimiento”.
La fecha de la declaración es importante para cada inversor porque le permite disponer de la información que les deja saber si son elegibles o no para el pago de esos dividendos.
2. Fecha de registro o “Record Date”
Es la “Record Date”, cuando el Consejo Directivo de la empresa da a conocer definitivamente quienes serán los miembros y accionistas que van a cobrar los dividendos.
3. Fecha Ex Dividendo
Es una fecha límite establecida durante la cual tendrías que comprar acciones para poder ser receptor de dividendos en la fecha correspondiente al siguiente reparto. Fuera de la fecha exdividendo tendrás que esperar al pago siguiente para poder percibir tus dividendos.
4. Fecha de pago
Esta es la fecha en la que finalmente, recibes el pago de los dividendos en proporción al número de acciones del que dispones.
Cuestión de importancia
Cuando inviertes en dividendos en una empresa en la que te interesas, pagas las acciones a un precio específico. Llegado el momento cuando la empresa debe repartir dividendos ocurre un fenómeno muy interesante. Este fenómeno es que el valor de las acciones (su cotización) se reduce como consecuencia de los abonos que está haciendo la compañía.
No obstante, esto no afecta a los accionistas, puesto que cada uno de ellos, mantiene su patrimonio aunque se encuentre dividido entre las acciones que posee y el dinero recibido como parte de sus dividendos. Veamos esto en un ejemplo sencillo:
- Supón que posees unas 1000 acciones que se cotizan a 20 € c/u, esto quiere decir que en la actualidad tu patrimonio en acciones es de 20.000 € en total.
- Ahora, piensa en que llega la fecha cuando se hace la repartición de dividendos y estos corresponden a 0,9 € por cada acción que posees. Como accionista vas a cobrar 900 € como dividendos. Esto equivale a 1000 acciones x 0,9 € por cada acción.
Al mismo tiempo, y como consecuencia del pago de esos dividendos, estas acciones van a reducir su valor en ese mismo 0,9 €. Por tanto:
- 20 € menos 0,9 € nos da un resultado de 19,1 € por cada acción, por lo que tu capital en acciones ahora va a ser de 19.100 €.
En consecuencia, al sacar todas tus cuentas verás que tienes 19.100 € en acciones, más 900 € en efectivo que sumados te reportan los 20.000 € de tu patrimonio.
Por supuesto, al mirar estos resultados finales de tu inversión te vas a sentir un tanto desanimado porque no le ves su utilidad y además, porque tienes que pagar impuestos sobre tu ganancia. Pero no te anticipes porque como suele decirse, lo bueno está por venir. ¿Cuál es la ventaja que sacas de todo esto? La ventaja que vas a obtener está en tener ese vínculo con la solidez y el crecimiento de la compañía en la que depositaste tu confianza y dinero.
Si haces tu inversión con una buena asesoría o gestor financiero, y en una sólida empresa o de rápido crecimiento, vas a poder observar en el medio plazo que el valor de cada acción que posees (su cotización en el mercado de valores) con toda probabilidad va a volver a subir, incluso más allá del valor que inicialmente pagaste por ellas. De este modo, el capital que tenías originalmente se va a ver incrementado.
También, en todas las oportunidades en que se haga la repartición de dividendos recibirás una cantidad de dinero (o de acciones) cada vez mayor. Y en esto radica en la importancia de la elección de inversión en dividendos que hagas; y todo al final, se trata de una cuestión de tiempo y de paciencia.
Ventajas que te da invertir en dividendos
A parte de la revalorización de las acciones de la empresa en la que inviertes, llevar a la práctica esta decisión te reporta ventajas adicionales como:
- Puedes llegar a percibir dividendos con una frecuencia que puede llegar a cada un mes (dependiendo de la empresa en la que inviertas).
- Es un tipo de inversión en el que puedes obtener una ganancia o rentabilidad que puede oscilar entre el 5 % y el 10 %. Aunque hay otras opciones de inversión siempre, tienes que valorar siempre el riesgo o los objetivos que tengas.
- Nada ni nadie te impone la inversión de un capital mínimo de inicio. Esto quiere decir que puedes adquirir desde solo una acción para que puedas comenzar a percibir dividendos.
- Si estás comprometiendo tu patrimonio en diversos campos, la inversión en dividendos es un perfecto complemento para tu portafolio de inversiones o diversidad de mercado.
Riesgos de estas inversiones
Si bien es cierto que tienes muy buenas posibilidades de obtener beneficios de esta clase de inversiones, no estás exento de correr algunos riesgos.
Si eliges invertir en empresas débiles o de poco fuelle, por no haber hecho una buena selección que puede ofrecerte un gestor financiero o empresa que invierta por ti, pudiera ser que tu inversión te produzca resultados negativos o que no obtengas ningún resultado.
Por esto, es importante contar con una buena asesoría antes de que te decidas a invertir tu capital en cualquier empresa, y además, tener en tus manos un análisis a conciencia de las condiciones y posibilidades de la empresa con la que decidas poner en juego tu patrimonio.