Invertir en activos financieros es la mejor alternativa para aumentar tu patrimonio en el tiempo que te propongas. Existe suficiente variedad en cuanto a tipos de activos financieros en los que se puede invertir ajustándose a las pretensiones de cada inversor o ahorrador. Pon en contexto tus metas en cuanto a la rentabilidad deseada, el riesgo dispuesto a correr y el tiempo de inversión que desees. Entonces estarás preparado.
Todo inversor conoce que, a mayor rentabilidad de un activo en el que se piensa invertir, mayor será el riesgo a asumir. Así, algunas personas cautelosas se inclinan por invertir en activos financieros a largo plazo, mientras que los más arriesgados preferirán los activos financieros a corto plazo con el fin de asegurar una mayor ganancia.
Los activos financieros son emitidos por entidades como empresas o incluso el gobierno o la Comunidad Autónoma. No tienen un valor con carácter físico. Por tanto, no incrementan la riqueza de un país, por ejemplo, ni se cuentan en el PIB. Pero consiguen que se movilicen los activos físicos como recursos para favorecer el crecimiento de la economía. Con estos activos, el comprador obtiene rentabilidades y el vendedor obtiene unos ingresos por ello. Son los activos financieros entonces, unos derechos que obtiene el comprador sobre los activos físicos del que los emite, así como el efectivo que estos generan.
Las distintas formas de invertir en activos financieros a corto plazo, así como a largo plazo, se adaptan a cada tipo de inversor y a la disponibilidad de recursos. Teniendo en cuenta su liquidez, riesgo y la rentabilidad. Sigue leyendo para conocer de qué trata cada tipo de activo y en cuál te conviene más invertir y sacar dicha rentabilidad.
Activos financieros a corto plazo
Maximizar la rentabilidad es una prioridad, pero esto conlleva un riesgo elevado cuando se realizan inversiones en activos financieros a corto plazo. Al contrario que otras inversiones a largo plazo donde dan esa sensación de seguridad, hay quienes realizan sus inversiones a corto plazo con buen rendimiento.
La idea en estos casos es recuperar lo invertido en menos de un año, evitando exponer los ahorros durante mucho tiempo. Esta opción puede ser viable para quienes deseen invertir fuertemente una cantidad de dinero, quieran correr riesgo en varios mercados o se quiera recuperar el capital para seguir invirtiendo, rotando el dinero para obtener mayor liquidez.
Invertir en activos financieros a corto plazo te permite diversificar tus negocios, algo que siempre se recomienda a la hora de invertir para no depender de un solo activo todo tu capital.
Activos financieros a largo plazo
Tomando como promedio más de 12 meses, con este tipo de inversiones se busca una alternativa para mantener tu dinero en mercado durante más de un año, con el propósito de generar la mayor cantidad de ganancias posibles, ya que, a mayor tiempo de inversión las ganancias prometen ser mayores. Sin embargo, a mayor tiempo ocurrirán más fluctuaciones del mercado, que al final afecta la rentabilidad de la inversión.
Un pequeño inversor no puede mantener su dinero estático durante tanto tiempo, es un capital que debería crecer en un tiempo menor, pero si prefieres asegurarte algo más tu riesgo debes hacer uso de este plazo. Estos activos están destinados a inversores con mayor experiencia y capital o tal vez para quienes disponen de asesoramiento financiero.
Activos financieros de renta variable
Este tipo de activo financiero de renta variable tiene excelente aceptación en países desarrollados, comúnmente en Europa, donde las acciones cada vez se revalorizan debido al crecimiento del PIB, la estabilidad económica, junto a la estabilidad política que también termina influyendo en este tipo de inversiones. No está garantizada la rentabilidad ni la recuperación del capital, pudiendo perder el total de la inversión incluso.
La mayor parte de los inversores mueven su dinero comprando acciones de startups, asumiendo bastante riesgo por su novedad, al no tener la misma garantía de los activos financieros rentables, ni mucho menos del capital que inviertas. Pero si se trata de grupos de inversores donde saben que va a tener éxito ese proyecto, seguramente tenga muchas posibilidades por las experiencias anteriores.
Por otro lado, las acciones dependen de la actividad de cada empresa o en el comportamiento del mercado donde operen. Si piensas invertir en acciones es una buena oportunidad de ser parte de una empresa, compartiendo tanto sus ganancias como sus pérdidas, es lo que sucede con activos de renta variable.
Quienes invierten en este tipo de activos financieros de renta variable tienen la ventaja de conocer información que determinará el movimiento general de la bolsa, por eso se les conoce a estos activos como los termómetros para la economía.
Activos financieros de renta fija
Son aquellos emitidos por empresas privadas u otras entidades también públicas. En el caso de las últimas, tienen menos riesgo debido a la gran cantidad de entidades que respaldan su actividad y emiten estos activos. Dicen de devolver el capital en un período establecido con una rentabilidad interesante. Un ejemplo serían las letras del tesoro.
Estas últimas son uno de los activos financieros de renta fija más confiables, donde pequeños y medianos inversores confían sus ahorros a menor riesgo. Su ventaja es su rentabilidad fija y el respaldo financiero que garantizan, en el peor de los casos, la devolución de lo invertido sin generar mayores pérdidas. Si bien, la rentabilidad no es tan alta, el riesgo es menor, por lo que se ajusta a quienes empiezan a invertir o tienen poco capital.
Ejemplos de activos financieros
Casi todo lo que genere ingresos pasivos se consideran activos financieros, algunos de los más comunes son las acciones en empresas, bonos de deudas, inversiones en propiedades inmobiliarias u otros activos de propiedad intelectual. En cada uno de estos grupos existen diversas formas de inversión que se diferencian entre sí por su rentabilidad y riesgo. Los activos financieros, ejemplos más comunes:
- Bonos de deuda: Son los que las empresas desean convertir deudas en dinero tangible para seguir expandiéndose, a cambio de generar intereses para quienes invierten en cierto período de tiempo.
- Acciones en empresas: Las empresas ven la necesidad de tomar capital externo a la empresa y dan participación a los inversores cediendo una pequeña porción de su empresa, de esta manera quien decida hacer esta inversión estará compartiendo tanto las ganancias como las pérdidas que genere dicha empresa. Este es un activo financiero de renta variable en el que cada vez, más personas invierten.
- Bienes inmobiliarios: Todas las propiedades en cualquier momento se pueden convertir en un activo, siendo por ejemplo que una vivienda o un local comercial pueda ser vendido, generando ingresos sobre su coste inicial. El sector inmobiliario es una de las mejores formas de inversión que a pesar, de sus bajas, se mantiene generando ingresos para quienes conocen este valioso mercado.
- Líneas de créditos o préstamos: Las instituciones bancarias crean líneas de crédito o préstamos de los cuales siguen generando ingresos a través de intereses, hasta que se devuelva la totalidad del préstamo, según los acuerdos previos entre las partes.
¿Cómo crear activos financieros?
Si te preguntas ¿cómo crear activos financieros? No es algo que puedas aprender en pocas líneas, aunque si debes tener claro que la creación de activos es todo lo contrario de cambiar tu tiempo por dinero, en este caso estarás creando beneficios económicos de forma pasiva y constante.
Existen dos formas de invertir en activos para generar estos ingresos pasivos que todo inversor u ahorrador quiere. Primero, no todas las personas disponen del dinero suficiente para hacer crecer su patrimonio, por ello la otra opción es crearlo para generar ganancias.
- La forma tradicional de crear activos es invirtiendo tu dinero en propiedades, la rentabilidad del activo dependerá de la cantidad de dinero que dispongas para tal fin. Un activo lo creas al comprar una vivienda por ejemplo y así poder sacarle rentabilidad.
- Tal vez no poseas muchos ahorros, así que podrás crear activos financieros utilizando tus habilidades al diseñar una aplicación móvil, creando una página web o creando un producto/servicio donde otras personas quieran invertir. No será un activo financiero “al uso” pero se crea de algún modo como activo financiero ya que te reportará ingresos en un futuro.
La verdad que con las facilidades que ofrece internet hoy en día es muy fácil poder generar un activo como crear un ebook en Amazon o vender productos a través de la misma herramienta, sin almacenes ni distribuidores propios (otro ejemplo de moda es Shopify, Oberloo…). Después de este lanzamiento, puedes dar el salto a tu propio producto, tu web propia y contratas un equipo de marketing que te lleve el posicionamiento SEO y SEM en Google para poder aparecer en las búsquedas de los futuros clientes estando en las primeras páginas de Google.
En conclusión, los activos financieros siempre influirán en nuestras vidas, siendo que la economía de un país incide en la economía personal. La mejor forma de mejorar la economía personal es participando directamente en estos activos, aprender a invertir y empezar desde ya a generar ingresos pasivos que ayuden a mejorar nuestra economía o establecer un futuro para una jubilación más segura.