
Para poder invertir de forma inteligente es necesario tener mucho conocimiento en finanzas, economía y el mercado en el que quieras realizar la inversión. Así, asumiendo que habrá riesgos, tanto bajos como elevados, dependiendo de lo que elijas para depositar tu dinero.
Siempre hay que realizar un plan de inversión antes de sumergirse en cualquier tipo de ellas, es por eso que necesitaremos conocer bien qué activos se encuentran con mejores rendimientos en la actualidad y cuáles se recuperarán a término para poder invertir inteligentemente.
Si una operación no se ajusta a tu perfil porque es demasiado arriesgada o porque no tienes suficiente dinero, lo mejor será invertir de manera inteligente en una alternativa sin mucho coste (% interés mínimo) o capital inicial y, a su vez, que satisfaga tus necesidades, y de unos buenos dividendos. Algo que en ocasiones, resulta idílico.
Por ende, una mala lectura de un activo que da buenos indicios de rendimiento positivo, puede hacer que se desplome el activo en un visto y no visto. Por tanto, y como en cada post, recomendamos siempre que te asesores de un gestor financiero el cuál te guiará en cada momento hasta la desinversión y los impuestos necesarios que debes abonar.
Averigua tu perfil de riesgo
De acuerdo al perfil que tengas, así será el riesgo que estás dispuesto a correr en cuanto a una inversión determinada. Generalmente se suele dividir en diferentes perfiles:
Si buscas tener un ingreso con pequeños rendimientos y riesgos intermedios, es decir, ni muy elevados ni muy bajos; quiere decir que tu perfil corresponde al de un inversor de riesgo moderado.
- Cabe destacar que este tipo de perfil sólo se beneficia en su justa medida y no busca las grandes oportunidades, por el contrario, las evalúa fríamente para poder llegar a una decisión definitiva a la hora de operar.
Un perfil cercano al moderado es el perfil conservador que ante la primera señal de baja en el rendimiento, cancela la operación y retira lo invertido en ese activo para buscar otras oportunidades.
- Lo que hace con esto es resguardar su dinero invertido para que siempre sea el mismo sin importar qué ganancias haya obtenido. Rara vez disminuye la cantidad de dinero invertido por malas decisiones porque ante la primera señal de decrecimiento finaliza la operación y no suele comprometerse con obligaciones volátiles al ser muy variables y poco confiables.
Por último, y en tercer lugar, existe el perfil agresivo de inversión que trata de sacar provecho de sus inversiones cuando están subiendo su precio, o bien se encuentran realizando curvas exponenciales en las gráficas.
- Es el más arriesgado de todos y se debe tener mucho cuidado con las operaciones que se abren porque conlleva una variabilidad muy latente en la naturaleza de cada uno de estos activos de alto riesgo.
En resumen para este punto, cualquiera que sea el riesgo que estés dispuesto a asumir, siempre hay que ser consciente de que en el mercado de los activos financieros nada está dicho ni hay que darlo por sobreentendido, porque una mala planificación de nuestra estrategia puede pulverizar nuestros objetivos, y por ende, nuestras inversiones o peor incluso; nuestros ahorros.

Crea tu cartera: renta fija vs variable
Los expertos en el tema aseguran que lo mejor es tratar de diversificar la cartera del inversor, porque si ponemos todo el dinero en un sólo activo estamos atados a lo que le suceda, jugando con tus ahorros en el peor de los casos.
Los perfiles más conservadores siempre apuestan por una renta fija para poder obtener una ganancia segura, y si esto se proyecta de esa manera, entonces quedará esperar que la proyección se plasme a la realidad.
En cambio, los perfiles más agresivos apuestan por la renta variable que no es más ni menos que los activos más arriesgados y volátiles que tiene el mercado. Una mayor ganancia, implica un riesgo más que considerable y por eso es necesario estar en conocimiento de las consecuencias que pueden tener este tipo de operaciones. A veces, este tipo de inversiones se entusiasman por el retorno de dinero que podemos obtener de ganancia, pero si no entramos en el momento adecuado de invertir, entonces la ganancia teórica se convierte en pérdida, y por lo tanto, puede ocurrir que nos quedemos sin dinero.
Busca reducir las comisiones
Las comisiones, cuando se realiza la entrada de la operación, suelen ser elevadas de acuerdo a las cantidades que se quiere invertir y al riesgo al que se somete esta acción. Por eso, para poder reducir un poco las comisiones se puede extender el plazo de salida del activo.
Esto se vuelve algo arriesgado porque si bien se disminuyen las comisiones puede que la ganancia también.
Una buena inversión son los fondos comunes de inversión, que en este momento está en pleno auge, y que generalmente no tienen comisiones los de menor riesgo. Por eso son muy elegidos por personas que quieren invertir su dinero y no son expertas en la materia pero prefieren intentar mover su cartera a un plazo fijo mucho menor en el banco, dejando devaluar tu capital cada año por la inflación.
Siempre hay que tratar en la medida de lo posible de diversificar la cartera de inversión, pero no sólo en varios activos de un sólo tipo de estructura como pueden ser los bonos, también hay que optar por otras clases de opciones que pueden ser tentadoras y sin tanto riesgo como pueden ser acciones o letras convertibles que siempre pagan en tiempo y forma aun con los intereses pactados.
También es bueno entrar en negociaciones por bonos del Estado nacional porque a veces piden prórrogas, y por lo tanto, son más intereses a tu favor.
Piensa a largo plazo
Cuando se realizan inversiones, lo mejor que podemos hacer es pensar a largo plazo para poder diversificar de la mejor manera la cartera de inversión.
Ya que en el corto plazo, no es posible soportar las comisiones y tarifas que imponen las plataformas para poder realizar operaciones.
A un plazo extendido se puede planificar y evitar salidas precipitadas del mercado, lo que significa que vamos a poder negociar en cualquier circunstancia; inclusive si hay renegociación de por ejemplo bonos (como hemos indicado anteriormente) que son a pagar en diez o veinte años.
Con una cartera a largo plazo podrás tener estabilidad financiera y obtener ganancias, lo que significa que el mercado trabaje para tí y no al revés.
Entre los activos que se encuentran a largo plazo se puede nombrar a los que tienen una renta fija. Cuanto más largo sea el período de inversión, menor será la volatilidad del activo, y por lo tanto, estaremos ante un riesgo casi a cero de realizar la operación sin que haya problemas o inconvenientes.
Ante una turbulencia en el mercado los valores pueden desplomarse y con un riesgo considerable podemos obtener muy poca ganancia. Por eso es necesario ajustar de la mejor manera el riesgo para que sea el mínimo posible y pensar a largo plazo.