Cuando se habla de patrimonio financiero viene a englobar a ese conjunto de bienes, derechos y obligaciones que posee una empresa. Así mismo, sucede en el caso personal o individual donde este concepto es usado de forma global como medio para determinar con lo que cuenta una persona para la obtención de bienes o valores.
Dichos bienes, independientemente de cómo estos hayan sido obtenidos, son concentrados en un patrimonio pueden haber llegado a ser parte de una herencia personal, de inversiones o de su propio trabajo a lo largo de los años.
El patrimonio financiero se aplica a los valores que se constituyen dentro de una sociedad, aquellos que han sido aportados por cada uno de los inversores. Pero es en el momento de constitución de una empresa donde debes atender a los siguientes tipos de elementos patrimoniales:
- El primero de ellos son los bienes, los cuales se transforman en todos los activos tangibles e intangibles que se encuentran dentro de la empresa. Allí se registran las mercancías, el inmueble y la patente; entre otros.
- Como segundo elemento patrimonial se encuentran los derechos, los cuales tratan de los créditos que se han obtenido en el transcurso del tiempo gracias a los movimientos financieros que se han derivado de la actividad económica. Dentro de este conjunto entran a participar aquellas cuentas por cobrar a los clientes o los préstamos que han sido solicitados durante un determinado período de tiempo.
- Y como tercer elemento intervienen todas las obligaciones, es decir, créditos que hayan sido solicitados por la empresa durante todo su ejercicio económico. Entran aquellos créditos que deben ser pagados antes de la fecha de vencimiento con entidades bancarias o proveedores.
Así es como puedes conocer de qué se trata un patrimonio financiero, el cual también podrá crecer en la medida en la que se generen utilidades dentro de la empresa. Así, esta podría generar pérdidas o presentar dividendos al momento de gestionar las partidas a cada uno de los socios de la empresa; que sucede cuando aplica a este tipo de casos. De la misma manera en que un patrimonio financiero es aplicado a una empresa o particular, podrá ser aplicado a un gobierno o Estado, es decir, se habla también de patrimonio cuando se refiere a los bienes que posee una nación.
Patrimonio financiero neto
Hablar del patrimonio neto financiero es referirse a la ecuación fundamental trabajada en la contabilidad y la cual se refiere al valor de lo que en realidad posee una determinada empresa. De esta manera se determina que el patrimonio financiero neto se forma por dos tipos de elementos: los derechos o bienes y las obligaciones.
Para lograr hallar este valor solo se deben sumar las cantidades iniciales que fueron aportadas, más aquellos elementos que surgieron de la actividad financiera concentrados en los activos y la reducción de las obligaciones; que comúnmente se conoce como los pasivos de la empresa.
Al formar la ecuación tienes como resultado lo siguiente:
- Patrimonio Neto = Activo – Pasivo
Para entender aún mejor este concepto es necesario aplicar un ejemplo simple: si tienes un patrimonio que se encuentra determinado por el valor de un inmueble comercial en 150.000 euros y se ha obtenido una deuda debido a un crédito solicitado a una entidad bancaria por una cantidad de 80.000 euros, el activo es de 150.000 euros.
Por lo que al vender el inmueble por su valor inicial y cancelarse dicho crédito bancario sólo restarían 70.000 euros. Dicha cantidad es lo que equivale a tu patrimonio financiero neto. Así que el valor de una empresa se determinará a partir de este valor, cuando se han determinado todas sus deudas.
Definición de patrimonio no financiero
El patrimonio no financiero trabaja en función del concepto de patrimonio global, solo que no es aplicado solamente a un factor financiero. Lo que quiere decir es que son todos aquellos bienes y valores que posee un individuo en conjunto con la sociedad, es decir, los cuales no se han determinado respecto a su procedencia. Dichos valores pueden estar relacionados con algunos factores económicos o con el entorno en el que se desarrollan.
De igual manera, en este concepto podrían entrar otros tipos de patrimonios en los cuales no suele hacer referencia al tema financiero. Un ejemplo de ello es el patrimonio cultural, porque se encuentra dirigido a esa herencia cultural que posee una sociedad determinada, en la que además, se conjugan bienes de carácter histórico, cultural, tradicional y de costumbre.
Ahora bien, el patrimonio social sí se encuentra más relacionado a factores financieros, el cual se determina por la unión de los patrimonios de varios socios o de la sociedad en sí que se ha formado para conformar una empresa. Es lo que se podría definir como una sociedad mercantil.
El valor de este tipo de patrimonio se obtiene cuando son sumados los bienes, independientemente de que sean muebles o inmuebles, más todos los derechos que poseen y deduciendo el valor de las obligaciones con terceros.
Planificación y finanzas patrimoniales
La planificación patrimonial trabaja en función de la realización de un plan de acción en el cual se trazan metas u objetivos con el fin de que sean alcanzados a medio-largo plazo. El propósito de tales acciones se fijan para generar mayores flujos en los activos y pasivos dentro de una determinada empresa.
Se deben implementar los procesos adecuados para que dichas metas lleguen a ser logradas siempre bajo la tutela de un experto en el sector o el asesoramiento de un profesional en finanzas. Se trata de establecer planteamientos presentes y cómo se deben evaluar conforme pasa el tiempo. Todo con el propósito de gestionar el fin al cual se desea llegar.
La planificación y finanzas patrimoniales deben ser ajustadas en base a las necesidades y prioridades de toda empresa, siempre girando alrededor del entorno más próximo hacia la misma. La cual se fundamenta en el rol que desempeña cada uno de los que la componen y su entorno más cercano, lo que se traduce en individuos de una familia.
Para lo que dicho plan se basará en tus patrimonios actuales y cómo los flujos, tanto de ingresos como gastos deben ser planificados, contando además con proyecciones en ahorros, planificación de impuestos, educación, riesgos vitales e incluso planes de jubilación.
Son procesos que deben ser aplicados e implementados con el paso del tiempo mediante la aplicación de factores que promuevan el desarrollo. Todo ente empresarial o individual debe conllevar un plan financiero y una planificación patrimonial. Sobre todo, porque en la actualidad la movilidad laboral tiende a ser alta.
Las perspectivas dentro de una empresa o sociedad comercial podrían cambiar. Pues si tú hoy día eres el dueño de una empresa, más adelante puedes pasar a ser dependiente de una o simplemente llegar a trabajar de forma independiente. Por lo que los planes de futuro son totalmente imprescindibles.
En conclusión, toda empresa, negocio o individuo necesita de una planificación patrimonial y financiera.